literature

El Encargo

Deviation Actions

Bolk's avatar
By
Published:
228 Views

Literature Text

El encargo.

No había tiempo para dudas o planear próximos movimientos. El tiempo corría en su contra y lo único que tenían medianamente seguro era el ofrecimiento de Nubia, así que se apresuraron a buscarla por el muelle.
-¡Nubia! –Exclamaban al unísono Bolk y Cola mirando a su alrededor.
-¿Qué vamos a hacer si no la encontramos? –Preguntó Bolk girando sobre si mismo intentando verla.
-¡No pierdas el tiempo pensando tonterías y continua buscándola! Regresar al continente nos va a llevar una buena cantidad de horas, así que tenemos que encontrar a esa chica y a su barco, ya mismo.
-¡Hey! -Se escuchó una voz femenina no muy lejos de ellos, apareciendo Nubia a la carrera segundos después-. ¿Ya terminasteis?
-Mira chica, no hay tiempo para explicaciones así que dinos si tienes tu barco listo, y cuanto tiempo tardarías en llevarnos a la costa más cercana, que espero sea la de Estelorarian. -Le indicó Cola sorprendiéndola.
-Err… Ok. Puedo tener el barco listo en media hora, y tardaríamos unas dieciséis horas en llegar a Estelorarian.
-Diantres… Va a estar muy justo. –Susurró Bolk con cara de preocupación.
-¿Qué ha ocurrido para que ahora estéis con prisas? –Preguntó Nubia intrigada.
-Vamos para tu barco y te lo voy explicando. –Le indicó Cola.
-Está bien, seguidme.

Escuchando esto, Bolk siguió a Nubia hacia su barco mientras Cola explicaba por encima que debían llegar a Sinitiar en menos de veinte horas, a lo que ella se volvió sorprendida, indicándoles que eso era prácticamente imposible.
-Chicos… Eso es lo más absurdo que he oído nunca. No hay forma de recorrer semejante distancia en tan poco tiempo, y eso sin mencionar que se nos viene encima una tormenta. Mirad hacia allá. –Les indicó Nubia señalando el cielo a lo lejos.
-Es igual Nubia. Lo intentaremos aun cuando todo parezca estar en nuestra contra. –Le indicó Bolk mirándola fijamente, mostrando en su cara la decisión con la que hablaba.
-He he… A veces es indudable que puedes sorprenderme. –Comentó Cola-. El inútil de mi compañero tiene razón. Es preferible morir intentándolo, que esperar sin hacer nada a que llegue nuestra hora.
-Suspiro-. Que idiotas son los machos, y debo de ser una insensata también, ya que mantengo mi oferta de ayudaros, puesto que no voy a ser menos que mi padre, dejándoos tirados si tenéis problemas. –Comentó Nubia sonriendo y encogiéndose de hombros mientras negaba con la cabeza-. Mmm… Supongo que si fuerzo un poco la maquinaria y sobrevivimos a la tormenta para alcanzar la costa, quizás podríamos ganar algo de tiempo.
-Pues entonces… ¿¡Que diantres hacemos aquí perdiendo el tiempo!? –Exclamó Cola estirándose por completo y erizándose todo su pelaje.
-Ayudadme entonces a preparar todo y así podremos zarpar antes. –Expresó Nubia subiéndose a su barco y dándoles órdenes de lo que necesitaba que ellos hicieran para acelerar el trabajo.

Bolk y Cola fueron muy diligentes con cuanto Nubia les dijo, así que en apenas veinte minutos, lograron tener el barco listo y preparado para zarpar, aunque unas gotas de agua que cayeron sobre ellos, les indicó que lo más difícil estaba por llegar. Nubia se apresuró a abandonar el resguardo del muelle de Harlandier dejando la tormenta a su espalda, y con los motores a plena potencia, se dirigió hacia Espelorarian. La tormenta arreciaba con rapidez, y el oleaje más y más bravío se volvía golpeando con furia la embarcación. En apenas una hora, el barco de Nubia fue engullido por una salvaje tempestad que impedía por completo dirigir la embarcación, así que la capitana hacia cuanto podía por evitar las enormes olas, que con un solo golpe podría hundirlos. Los rayos caían por todos lados, y el viento soplaba con tanta fuerza, que hacia aún más complicado mantenerse en pie sobre la cubierta. La embarcación estaba totalmente a merced de las fuerzas naturales, y cuando parecía que todo no podía ir a peor, una enorme ola de muchos metros de alto comenzó a formarse junto a ellos.
-¡Chicos, esto no pinta nada bien! –Exclamó Nubia mirando la ola desde la sala del timón.
-¡Súbela! –Exclamó Cola.
-¿¡Has perdido la cabeza!? –Lanzó Bolk sorprendido.
-¡Si intentamos escapar de ella es más que seguro que nos destrozará al caernos encima! –Replicó nuevamente Cola-. ¡Lo mejor es arriesgarnos e intentar remontarla!
-¡Cola tiene razón! –Respondió Nubia girando rápidamente el timón e intentando encarar el barco directamente hacia la ola-. ¡Igualmente estamos con el agua al cuello, así que no perdemos nada por intentarlo!
-¡Estáis locos los dos! ¡Totalmente locos! –Exclamó Bolk agarrándose como mejor podía, y alzando la mirada hacia la cumbre de la ola.

Lenta y pesadamente, el pequeño buque emprendió el desesperado ascenso, y a medida que más y más vertical se encontraba, más se forzaba la maquinaria del navío por la propia gravedad.
-No me lo puedo creer… -Susurró Bolk sorprendido y aterrorizado observando hacia abajo mientras intentaba no caerse del buque, ya que este estaba prácticamente en vertical.
-Vamos… Vamos… -Articulaba Cola mirando como la cima de la ola se acercaba.
-Aguanta compañero. Aguanta un poco más... –Susurró Nubia sin perder de vista los indicadores de presión y temperatura del motor, ya que estaban llegando a su límite.

Apenas quedaba para llegar a lo más alto, pero el barco no aguantaría mucho más, si es que antes no se caía hacia atrás. La sala de máquinas comenzaba a sonar muy mal, y un hilillo de humo apenas perceptible, poco a poco se fue volviendo más denso, oscuro y oloroso.
-¡Coff Coff! ¡Esto no aguantará mucho más! -Exclamó Bolk entre la nube de humo, mientras accionaba una manivela para achicar el agua-. ¡Estás forzando demasiado el motor y no para de entrarle agua!

Entonces sin esperarlo, cuando ya el buque casi llegaba si es que antes el motor no estallaba, algo golpeó el casco haciéndole una enorme grieta, al tiempo que lo sacaba de curso y lo hacía precipitar por la ola. Irremediablemente Bolk salió despedido sin poder evitarlo en una de las vueltas del barco, y suerte tuvo que en su caída no fuera golpeado por el propio navío. Por su parte, Nubia se golpeó varias veces dentro de la cabina antes de lograr salir y lanzarse al mar, pero por suerte para ella, era una excelente nadadora que enseguida se apresuró a buscar a quienes viajaban por ella. El mar embravecido dejaba muy claro que ansiaba nuevas víctimas, y Bolk no tenía ni las fuerzas ni la experiencia para afrontar algo semejante, así que no aguantó mucho antes de no poder evitar hundirse.
-¡Bolk! ¿¡Bolk, donde estas!? –Alzaba la voz Nubia buscándolo por todos lados, pero al no escucharlo ni verlo se temió lo peor, así que se sumergió, escuchando débilmente segundos después la voz de Cola.

Temerosa se apresuró a buscarlo, y de no ser por las burbujas que Bolk dejaba aun escapar, y por los movimientos de Cola, sin lugar a dudas no hubiera podido encontrarlo por la oscuridad que había. Apenas lo vio nadó hacia él y abrazándolo por el pecho se apresuró a regresar a la superficie, aunque arriba la situación no era precisamente la más agradable. El intenso oleaje y viento dificultaban mucho no solo el mantenerse a flote, sino también los intentos por parte de Nubia por hacer que Bolk recuperara el sentido. Ella sabía bien que por sí misma, por muy buena nadadora que fuera, era imposible que pudiera sobrevivir a la tormenta si tenía que sujetar el cuerpo de Bolk, así que la única posibilidad que le quedaba, era recurrir a alguien a quien nadie quería pedir ayuda.
-¡Seeeeeet! ¡Seeeeet! ¡Por favor Set, aparece! –Gritaba Nubia alzando la voz y cabeza, mientras intentaba mantenerse a flote y no tragar agua-. ¡Coff! ¡Set! ¡Ayudame!
-¿Me llamabas? –Preguntó Set apareciendo de entre las aguas y alzándose ante ella, manteniendo su cuerpo totalmente inmóvil como si el mar estuviera en calma.
-Ayudame por favor. Hemos naufragado, y yo sola no podré llegar al puerto de Estelorarian.
-Ese no es mi problema. –Respondió set mirándola con expresión engreída-. Tú cometiste el error, al zarpar con esa vieja cafetera que tenías por barco, en un día como este. –Inspiración profunda-. Oh sí. Me encantan los días como hoy.
-Por favor. ¡Coff coff! Si me ayudas a llevarlo a tierra, yo… Yo… -Intentó Nubia decir ladeando levemente la cabeza.
-¿Qué harás si te ayudo? –Preguntó Set acercando la cabeza a ella.
-Si me ayudas… Me entregaré a ti. –Respondió Nubia mirándolo a los ojos.
-Mmm… ¿Por qué harías eso por alguien a quien apenas conoces?
-Por qué se lo prometí. Le di mi palabra de que a como diera lugar, le ayudaría a llegar a puerto.
-Entiendo. Nunca deja de sorprenderme que aquellos cuya vida gira en torno al mar, suelen tener un fuerte sentido de la palabra. Sabes que si te entregas a mí, tu vida me pertenecerá, ¿verdad? Que podré hacer con tu cuerpo todo lo que me plazca, incluido devorarte.
-Sí, lo sé.
-¿No te retractarás de tu palabra?
-No. Si tú cumples con tu parte, yo cumpliré con la mía.
-He he. Muy bien. –Expresó Set relamiéndose-. ¿Cómo te llamas?
-Nubia.
-Está bien, Nubia. Os llevaré al puerto de Estelorarian.

Diciendo esto, Set abrió las fauces y cogiéndolos en su boca, se sumergió, miró a su alrededor como buscando que dirección tomar, y seguidamente salió a toda velocidad, alcanzando el puerto en menos de media hora.
Su llegada causó un gran revuelo y eso incluso antes de que se dejara ver, ya que su entrada fue precedida por una gran ola que barrió el muelle, provocada por la enorme velocidad a la que arribó. Entonces tranquilamente se aproximó al muelle, sacó completamente la cabeza y parte del cuerpo, abrió las fauces y dejó a sus acompañantes sobre tierra.
-Pues ya estáis aquí. –Les indicó Set mirándolos.
-Gracias Set. En verdad te lo agradezco. –Expresó Nubia comprobando se Bolk estaba bien, mientras intentaba que recuperara el sentido.
-Es pronto para… -Fue a decirle Set cuando se volvió hacia el pueblo al percatarse del gentío que se acumulaba-. ¿¡Que!? ¿¡Tengo monos en la cara o que!? –Le gritó a los aldeanos, provocando que todos se ocultaran despavoridos-. He he. Eso está mejor.
-Coff Coff. –Tosió Bolk escupiendo algo de agua e incorporándose levemente mirando a Nubia-. ¿Qué ha pasado?
-Logramos llegar al puerto. –Le indicó Nubia abrazándolo.
-Ya… Ya recuerdo. ¿Y tú barco? –Preguntó Bolk separándose sutilmente de ella y mirándola.
-Lo perdí… -Susurró Nubia con expresión cabizbaja-. Esperaba que me durara algunos años más, pero supongo que esto lo cambia todo.
-Oooh… Todo me da vueltas… -Susurró Cola cuando se dio cuenta-. ¿Pero que demonios…?
-¡Eh! No tengo todo el día. –Expresó Set, sorprendiendo a Bolk y haciendo que se volviera ya que se encontraba tras él.
-¿Qué carajo…? –Susurró Bolk con cara de espanto reculando.
-¿Un Lutrix? Mmm… -Murmuró Set acercando el hocico a Bolk-. Hacía muchos años desde la última vez que vi a uno, o mejor dicho, desde el ultimo que me comí.
-¿Quién eres tú? –Preguntó Cola.
-No hablo con subespecies, menos aun con sus cuartos traseros. –Respondió Set mirándolo burlonamente.
-¡¿A quién crees que llamas subespecie!? –Exclamó Cola estirándose hacia Set, pero rápidamente siendo sujeto por Bolk.
-He he. Eso es. Agarra a tu apéndice antes de que te lo arranque. –Le indicó Set empujándolo con el hocico-. Muy bien, Nubia. Yo he cumplido con mi parte así que despídete de tus amigos.
-Ya voy Set. Bolk, Cola…. Cuidaos mucho, ¿sí? –Expresó Nubia mirándolos con rostro triste.
-¿Qué? ¿A qué viene esto Nubia? –Preguntó Bolk preocupado sujetándola las manos.
-Acordó que si yo os salvaba ella me pertenecería, así que decirle adiós, por si no volvéis a verla. –Comentó Set con expresión engreída.
-¿Acaso es una broma? –Preguntó Cola rodeando a Nubia.
-No… Si él no llega a ayudarnos, los tres hubiéramos fallecido en medio de la tormenta. –Expresó Nubia soltándose suavemente de Cola y sonriendo mientras los miraba-. Os di mi palabra de que os ayudaría, y la he cumplido.
-Vamos vamos, menos cháchara. Un trato es un trato, así que ven conmigo. –Le indicó Set sacando la punta de su cola y rodeándola para alzarla hacia su cara-. Ahora eres mía, y que regreses con vida dependerá de que tan buena seas con tus labores, y que tanto resistas.
-¡No! ¡Espera! –Exclamó Bolk intentando detenerlo, pero este se sumergió rápidamente llevándosela.
-No puede ser… -Susurró Cola sin acabar de creerse lo sucedido.
-¡Joder! ¡Esto no tendría que haber pasado! –Gritó Bolk golpeando el suelo con sus puños.
-Bolk…
-¡No! ¡No quiero que digas nada! ¡Para empezar esto era problema nuestro, y en ningún momento debimos involucrarla! ¡La culpa ha sido solo nuestra!
-¡Escuchame y deja de hacerte la victima! –Le gritó Cola dándole un latigazo en la cara-. ¿Acaso crees que no me duele que esto haya ocurrido? ¡Por supuesto que estoy lastimado y ahora mismo maldigo nuestra mala estrella! Pero ella tomó la decisión, fue su elección, así que si de verdad te importa lo que ella pudiera sentir, levantate y continuemos. Aún tenemos que librarnos del veneno y descubrir en que estamos metidos, ya que no sé tú, pero yo aún no recuerdo nada.
-Si. Tienes razón. –Susurró Bolk calmándose y segundos después incorporándose.
-Bien. Ahora tenemos que… -Intentó decirle Cola cuando esta se desplomó quedándose totalmente inmóvil.
-¿Cola? –Preguntó Bolk extrañado sujetando su cola y dándose cuenta que por primera vez, esta estaba totalmente flexible-. ¿¡Cola!? –Gritó asustado al tiempo que la zarandeándola, poniéndose más rígida segundos después.
-Que… ¿Qué ha pasado? –Preguntó cola moviéndose muy lentamente.
-Te desconectaste por completo. No sabes el susto que me has dado. –Le indicó abrazándola contra su cuerpo.
-Se me apagaron las luces de repente. –Comentó Cola sacudiendo todo su cuerpo y recuperando la normalidad-. Será mejor que nos demos prisa, antes que uno de los dos se apague irreversiblemente.

Sin decir más, se apresuraron en buscar un establo donde alquilar un caballo, y con este en su haber, pusieron rumbo hacia Sinitiar. Ya habían perdido casi cuatro horas desde que fueron inoculados, y con cada hora que pasaba, los efectos del veneno más se dejaban ver. Cola perdía esporádicamente todo el control de sus facultades, y a Bolk sus sentidos y control de su cuerpo, de vez en cuando dejaban de responder. Les llevó algo más de cinco horas llegar a su destino, así que les quedaban aproximadamente trece horas para encontrar una solución. Sin más dilación, dejaron el caballo en uno de los establos de la gran ciudad de las artes místicas, y se apresuraron en llegar a la academia para buscar ayuda, aunque las cosas no hicieron más que empeorar.
Apenas Bolk llegó y se dispuso a buscar a quien Cola conocía, su voz comenzó a fallar al ser imposible el expresarse con claridad, así que Cola tomó las riendas de la situación preguntando a todo aquel que se encontraron.
-¿Cómo demonios es tan difícil dar con alguien aquí? –Expresó Cola corriendo por los pasillos de la academia.
-¿Cola? –Exclamó lo que parecía un profesor saliendo de una de las aulas.
-¡Alexander! Los dioses sean loados por aparecer. –Exclamó Cola haciendo que Bolk derrapara y se dirigiera hacia él.
-¿Qué hacéis aquí? –Preguntó el profesor intrigado y percatándose de la cara de Bolk, que no podía dejar de babear-. ¿Qué le pasa a tu compañero?
-Estamos en problemas y creo que tú eres el único que puede ayudarnos. –Le indicó Cola.
-Dadme un segundo que de por finalizada la clase y en seguida estoy con vosotros. –Aclaró el profesor antes de regresar al aula.
-Nunca pensé que diría esto, pero jamás te había visto con semejante cara de tonto. –Comentó Cola advirtiendo el aspecto que tenía Bolk, ya que aún no lograba recuperar el control.
-Ya estoy. Disculpadme por haceros esperar. Venid. Vamos a mi despacho para hablar con tranquilidad y algo más de intimidad. –Les indicó Alexander caminando por el pasillo y poco después abriendo una puerta.

Cuando los tres finalmente quedaron a solas y libres de oídos y ojos indiscretos, Cola explicó la situación a Alexander, no pudiendo este ocultar su cara de sorpresa.
-Un Lutrix Quimera… -Reflexionó Alexander frotándose el mentón con una mano-. Eso es algo que no se ve todos los días. Los Lutrix de tercera generación son ejemplares increíbles, pero una Quimera es algo totalmente extraordinario. Vosotros pertenecéis a la primera generación, puesto que Cola por decirlo de algún modo, controla una extensión del cuerpo de Bolk. En los de segunda generación, la cola tiene un tamaño mucho mayor y esta dispone de boca propia, lo que le permite expresarse vocalmente y además hacer uso de artes arcanas. Y ya por ultimo tenemos a los de tercera generación, cuya cola es por si solo un ser vivo más. Toscamente podríamos decir que es como si cogiéramos a dos seres completamente diferentes y los uniéramos por sus extremidades posteriores. Tanto es así, que en teoría se dice, que si a estos Lutrix se les cortara la cola, ambos podrían sobrevivir por si solos.
-Alexander por favor. Vamos al asunto. –Replicó Cola erizándose todo su pelaje.
-Oh cierto. Perdona que divague. Mmm… Dadme un segundo que revise una cosa. –Comentó Alexander acercándose a una estantería llena de libros, donde deslizo un dedo hasta dar con lo que buscaba-. En este libro debería estar. Veamos… Mmm… No. Esto no sirve. ¿Y esto? No. Demasiado extremo.
-¡Alexander! –Increpó nuevamente Cola-. No tenemos tiempo.
-Ya va, ya va. –Respondió el profesor apresurándose en hojear las páginas buscando algo-. Quizás si… ¡Aquí está!
-¿Encontraste cómo preparar el antídoto?
-Si. Aquí mismo lo pone. –Comentó tomando asiento nuevamente-. Veamos… Mmm… Eso no es difícil. Si. Creo que puedo preparar lo que necesitáis, pero hay un pequeño problema.
-¿Qué problema? –Preguntó Cola.
-Pues que necesito obtener los ingredientes en el mercado, cosa que no será difícil, y seguidamente prepararlo siguiendo unas instrucciones muy rigurosas, y…
-¡Ve al grano!
-Tardaré alrededor de diez horas en tenerlo listo.
-Pero eso quiere decir…
-Si… Estaréis en el límite de tiempo y desconozco por completo el daño que podría sufrir vuestro cuerpo. –Aclaró Alexander mirándolos fija y seriamente
-Ha… Hazlo. –Balbució Bolk-. No… No nos queda más que perder.
-Mi compañero tiene razón. –Añadió Cola-. Prepara todo Alexander. Nosotros no nos vamos a rendir, y como siempre lucharemos hasta el final.
-Muy bien. Me pondré a ello de inmediato. –Expresó Alexander incorporándose y dirigiéndose a la salida-. Os enviaré a un curandero que conozco, que quizás os pueda conseguir algunos minutos extras, ya que ahora mismo hasta unos simples segundos pueden marcar la diferencia.
-Si… -Susurró Cola apenas Alexander salió a la carrera-. ¿Cómo te encuentras compañero?
-Diantres… Finalmente puedo controlar de nuevo mi lengua. –Comentó Bolk abriendo la boca y tocándose la lengua con un dedo-. Ha sido muy frustrante el no poder hablar con claridad y solo decir palabras sin sentido. –Suspiro-. ¿Crees que saldremos de esta?
-Lo mejor que podemos hacer ahora mismo, es pensar positivamente y concentrarnos en no perder el control de nuestras facultades. Flaquear en este momento solo jugará en nuestra contra, así que usa más el cerebro por difícil que sea. He he.
-Muy gracioso… -Replicó Bolk cruzándose de brazos y mirando su cola de reojo.

Mientras tanto, en un bar de Sinitiar, en una de las mesas de un rincón alguien encapuchado de blanco, bebe tranquilamente…
-Jefa. –Expresó uno de los matones escamosos que atacaron a Bolk en Harlandier.
-¿Lograron llegar de una pieza a la academia? –Preguntó Alana mirándolo.
-Si. Parece que sobrevivieron a la tormenta y ahora buscan quien les haga un antídoto.
-Bien. Vigilar sus movimientos, así como los de aquellos que los ayuden. Tarde o temprano aparecerá quien los contrató para recuperar el mapa.
-Esto…
-Vamos, habla.
-¿En serio cree que su mordedura los hará recordar todo?
-Eso es más que improbable. Si conozco bien a quien los contrató, y creeme que lo conozco bien, se habrá cubierto las espaldas poniéndoles un sello de memoria para que no recuerden nada.
-¿Entonces?
-El beso de mi compañera y el revuelo que esos tontos han provocado, seguro que hace salir de su escondite a nuestra verdadera presa. Pero como no nos podemos permitir que nuestro nuevo juguete se estropee antes de tiempo, te encargo que disimuladamente les ayudes a obtener los ingredientes para el antídoto.
-Como ordene… -Susurró el secuaz haciendo una reverencia y seguidamente marchándose.
-Muy bien, Alexander. Te toca a ti mover ficha en esta partida. –Pensó sonriendo y tomando un nuevo trago de su copa.
Tercera parte...

No dejen de visitar la pagina del autor...

angel-blackwolf.deviantart.com…
© 2014 - 2024 Bolk
Comments0
Join the community to add your comment. Already a deviant? Log In